jueves, 31 de julio de 2008

Nula adaptación al medio


Que buena es la cotidianidad. Vas al súper y conoces las marcas. Sabes el yogur que te gusta, que el chocolate Nestlé es el más bueno, que el aceite Carbonell en casa de toda la vida... (por eso no me gusta el Lidl, ni el Aldi, ni todos estos supermercados de nombres raros, porque no tengo ni puta idea de lo que estoy comprando).

En definitiva, eres un ser adaptado al medio. Te mueves como pez en el agua.
Pero eso no pasa cuando sales de tu entorno, por ejemplo cuando viajas a otro país. Allí el más chulo de su barrio es un gilipollas que no se entera de nada.
Por ejemplo, te vas a Londres y pides en el Badulake unas Ruffles. Y la mujer no te entiende, y tu repites "Ruffles" y no te entiende. Y piensas, joder, las tiene ahí "Ruffles!". Señalas con el dedo y la mujer te dice: "Ou, Rafels!" ¿Rafels? Pues sí pardillo, Rafels.

El otro día vi un ejemplo clarísimo de esto que os estoy contando. Viajaba en tren y enfrente tenía a un grupo de chicos australianos. Todos comiendo helado. Corneto, Magnum, Calippo... ¿Calippo? Pues sí, pero el pobre australiano no sabía que el Calippo hay que empujarlo hacia arriba. El pobre australiano le fue quitando el papel como a un Cornetto mientras se le derretía por las manos y le caía en el pantalón.
Y seguramente en Australia sería el rey, pero aquí tenia una pinta de tonto...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Australianos?
¿por el canguro que les acompañaba?
.... y la maldad de no avisarle?

Hongos dijo...

Además, el cartón del Calippo es duro duro. Que aparatoso.