Francesc Català-Roca es un fotógrafo genial. Fue uno de los mejores documentalistas de la posguerra española, y a mi parecer no ha sido reconocido como uno de los verdaderamente grandes.
Pero hay una cosa que me gusta especialmente de él. En sus imágenes me parece ver a un fotógrafo tímido. Muchos niños, muchas fotos cuando la acción ya ha pasado, muchos culos. No se ven caras preguntado "¿quién es este y porque me hace una foto?". Y pese a eso, grandioso.
Carbonerito. Vejer de la Frontera, 1959
El piropo. Sevilla, 1962
Visita al Barrio Chino. Barcelona, 1952
Gran Vía de Madrid, 1952
Gitanilla. Montjuic, 1950
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